Muerte
Muerte es un Arcano espantoso y terrible. Con él un mago puede ejercer control sobre el misterio más temible y primario. Los fantasmas y los muertos caen en el rango de acción de este Arcano, al igual que la salud del alma.
Aquellos que se sumergen profundamente en los Misterios de la Muerte son a menudo gente morbosa, acostumbrada a considerables introspecciones sobre la mortalidad, el decaimiento y los finales. Muchos de estos individuos han experimentado muy de cerca su propia mortalidad en algún momento de sus vidas. Ahora, sin miedo (o incluso con desdén), ellos intentan controlar esta constante metafísica, buscando el definir los limites de sus propias existencias, en lugar de estar sujetos a los caprichos de un universo frío e impersonal. Como el Arcanum que ellos siguen, estas personas tienden a ser sutiles, debiendo mucho menos a las malas películas de terror y a bandas escandinavas de death metal que a una visión penetrante, fría y clínica de la Creación. Ellos ya han percibido el destino de todo y han lanzado lejos su temor, gracias al conocimiento de que todas las cosas deben morir a su tiempo.
Niveles de dominio
● Iniciado de Muerte
Como la mosca que se alimenta de la muerte, percibo el espectro de la tumba en todas sus manifestaciones, desde las más burdas hasta las más elevadas. Veo fantasmas sin reposo y hablo su lengua susurrante. Conozco al espíritu enfermo por lo que es. Huelo al Segador con el viento y lo sigo hasta donde se oculta, sin importar como intenta esconderse de mí. Moldeo la misma materia de la oscuridad, haciéndole proyectar sombras diseñadas por mí.
●● Aprendiz de Muerte
Los secretos que he aprendido me permiten transmutar el rostro de la muerte. Puedo exigir audiencia con los espíritus de los muertos que deambulan por nuestro mundo, y mis manos alcanzan el reino que habitan, para emplear el toque confortante de la amistad como el puño cerrado de la retribución. Puedo conjurar ectoplasma, la sustancia con la que los muertos se manifiestan. Aquello poseído por estas sombras sin reposo está bajo mi capricho, y puedo agarrarlo y traerlo a nuestro mundo durante un tiempo. Puedo hacer oxidarse al acero o pudrirse a la madera, y puedo silenciar el cántico en el espíritu que marca a uno como Despertado, haciéndole pasar desapercibido incluso ante los más perceptivos de los nuestros.
●●● Discípulo de Muerte
Cuando hablo, los muertos obedecen mis órdenes. Camino entre aquellos que acechan el mundo cuando lo deseo, y puedo ordenar a mi cuerpo que muera, sólo para alzarme y vivir de nuevo. Cuando necesito sirvientes o soldados, las tumbas me entregan sus inquilinos y yo convenzo sus armazones sin vida para mi causa. El acero y la piedra se desmenuzan en polvo bajo las puntas de mis dedos, y puedo alimentarme de los espíritus de los muertos y moribundos para refrescar mi propósito y mi voluntad mística. Si lo deseo, puedo extraer el alma de los vivos de sus prisiones de carne, dejando sólo cascarones desprovistos de pasión y deseo, como estela de mi paso.
●●●● Adepto de Muerte
Encadeno a los muertos a esta Tierra, haciéndoles acechar a los vivos o obligádoles a a habitar sus propias cáscaras putrefactas. Camino entre fantasmas cuando lo deseo y acabo con las vidas con una palabra. Sitúo la sombra de la muerte sobre aquellos que aún viven y respiran, haciéndoles parecer muertos incluso para el ojo más perceptivo. Si lo deseara y tuviera grave necesidad, podría robar almas y atarlas a mí."
●●●●● Maestro de Muerte
Camino al lado de la muerte como si fuera un fiel confidente y aliado. Me alimento de las almas tanto de los vivos como de los muertos, restaurando mi convicción y mis energías con su fuerza. Destruyo la sustancia de la magia y separo sus Patrones tejidos, y ordeno a las sombras de quienes partieron hace mucho que aparezcan y respondan a mis preguntas."
●●●●●●+ Gran Maestro de la Muerte
Los poderes a este nivel son desconocidos para la mayoría de los magos. Y donde el conocimiento falla, la vívida imaginación del ser humano cubre esta falta. El maestro de la muerte puede robar vida y alargar la suya, levantar algunos zombis, o absorber la vida de los mortales y convertirlas en maná. Pero los poderes del gran maestro van mucho más lejos. Es perfectamente concebible que el gran maestro pueda alargar su vida sin necesitar quitársela a nadie, o robarle la vida a otros despiertos. O incluso levantar ejércitos enteros de zombis, consumir el alma de víctimas desafortunadas, revivir a los muertos evitando los tremendos costos que debe pagar un maestro del arcano, y mucho más...Incluso a cierto nivel, pueden ser tan grandes los poderes que hasta los dioses reaccionen a su presencia, llevándolo a reinos de poder por encima del entendimiento de los simples mortales.
Como la mosca que se alimenta de la muerte, percibo el espectro de la tumba en todas sus manifestaciones, desde las más burdas hasta las más elevadas. Veo fantasmas sin reposo y hablo su lengua susurrante. Conozco al espíritu enfermo por lo que es. Huelo al Segador con el viento y lo sigo hasta donde se oculta, sin importar como intenta esconderse de mí. Moldeo la misma materia de la oscuridad, haciéndole proyectar sombras diseñadas por mí.
●● Aprendiz de Muerte
Los secretos que he aprendido me permiten transmutar el rostro de la muerte. Puedo exigir audiencia con los espíritus de los muertos que deambulan por nuestro mundo, y mis manos alcanzan el reino que habitan, para emplear el toque confortante de la amistad como el puño cerrado de la retribución. Puedo conjurar ectoplasma, la sustancia con la que los muertos se manifiestan. Aquello poseído por estas sombras sin reposo está bajo mi capricho, y puedo agarrarlo y traerlo a nuestro mundo durante un tiempo. Puedo hacer oxidarse al acero o pudrirse a la madera, y puedo silenciar el cántico en el espíritu que marca a uno como Despertado, haciéndole pasar desapercibido incluso ante los más perceptivos de los nuestros.
●●● Discípulo de Muerte
Cuando hablo, los muertos obedecen mis órdenes. Camino entre aquellos que acechan el mundo cuando lo deseo, y puedo ordenar a mi cuerpo que muera, sólo para alzarme y vivir de nuevo. Cuando necesito sirvientes o soldados, las tumbas me entregan sus inquilinos y yo convenzo sus armazones sin vida para mi causa. El acero y la piedra se desmenuzan en polvo bajo las puntas de mis dedos, y puedo alimentarme de los espíritus de los muertos y moribundos para refrescar mi propósito y mi voluntad mística. Si lo deseo, puedo extraer el alma de los vivos de sus prisiones de carne, dejando sólo cascarones desprovistos de pasión y deseo, como estela de mi paso.
●●●● Adepto de Muerte
Encadeno a los muertos a esta Tierra, haciéndoles acechar a los vivos o obligádoles a a habitar sus propias cáscaras putrefactas. Camino entre fantasmas cuando lo deseo y acabo con las vidas con una palabra. Sitúo la sombra de la muerte sobre aquellos que aún viven y respiran, haciéndoles parecer muertos incluso para el ojo más perceptivo. Si lo deseara y tuviera grave necesidad, podría robar almas y atarlas a mí."
●●●●● Maestro de Muerte
Camino al lado de la muerte como si fuera un fiel confidente y aliado. Me alimento de las almas tanto de los vivos como de los muertos, restaurando mi convicción y mis energías con su fuerza. Destruyo la sustancia de la magia y separo sus Patrones tejidos, y ordeno a las sombras de quienes partieron hace mucho que aparezcan y respondan a mis preguntas."
●●●●●●+ Gran Maestro de la Muerte
Los poderes a este nivel son desconocidos para la mayoría de los magos. Y donde el conocimiento falla, la vívida imaginación del ser humano cubre esta falta. El maestro de la muerte puede robar vida y alargar la suya, levantar algunos zombis, o absorber la vida de los mortales y convertirlas en maná. Pero los poderes del gran maestro van mucho más lejos. Es perfectamente concebible que el gran maestro pueda alargar su vida sin necesitar quitársela a nadie, o robarle la vida a otros despiertos. O incluso levantar ejércitos enteros de zombis, consumir el alma de víctimas desafortunadas, revivir a los muertos evitando los tremendos costos que debe pagar un maestro del arcano, y mucho más...Incluso a cierto nivel, pueden ser tan grandes los poderes que hasta los dioses reaccionen a su presencia, llevándolo a reinos de poder por encima del entendimiento de los simples mortales.